martes, 15 de julio de 2008

Estado de Malestar.


Hace años, junto con Elba, armamos una serie de Informes especiales para radio, hay uno que a pesar del tiempo, todavia tiene vigencia. Lo llamamos "Estado de Malestar", la fuente es el libro "Fabricante de Miserias" la primer edición de este libro es de 1998. Editorial Plaza Janés, los autores Plinilo Apuyeo Mendoza, Carlos Alberto Montaner y Alvaro Vargas Llosa. Un libro que recomendamos para poder enterder no solo nuestra historia, sino la historia Latinoamericana. Este es el informe, esperamos que cada uno saque sus propias conclusiones.


Tomemos al azar un país latinoamericano. Es pobre, en él cohabitan formas casi africanas de miseria con ostentosos niveles de lujo y prosperidad; chozas y fábricas de acero, analfabetos y poetas de vanguardia, decía Octavio Paz.

Su capital ofrece patéticos contrastes, Mercedes Benz que llevan elegantes parejas a cócteles son asediados en los semáforos por enjambres de limosneros o vendedores de cualquier cosa.

Cada cierto tiempo se realizan ajustes tributarios severos y desalentadores, que en realidad castigan a quienes tienen un trabajo honrado.

Es además un país inseguro, la delincuencia común a crecido tanto en los últimos tiempos, que nadie escapa al temor de un atraco, de un robo, sino de un secuestro.
Y ahí no se detienen los problemas, pues también es un país que vive, abierta o soterrada, una crisis política y hasta cierto punto institucional.

Ciertos valores se han erosionado. Están lejanos los días de euforia popular vivida tras la caída de la ultima dictadura militar. Los partidos políticos que antes suscitaban fervores, se han desgastado a su paso por el poder y aun como alternativa de oposición. No se les cree a los políticos cuyos nombres, fotografías fatigan diariamente a la prensa. Todos dicen lo mismo.

Ofrecen el oro y el moro y nada cambia. El congreso parece no representar a la nación, sino a esa clase política que desde hace años regresa al mismo recinto y a los mismos ejercicio retórico para dirimir sus eternos y circulares pleitos en torno al poder.
Y para colmo, la corrupción.

Los escándalos suelen salpicar a personajes del gobierno. No hay transparencia en licitaciones públicas y contratos.

Se utilizan los cargos públicos o la amistad con ministros, directores de institutos y otros altos funcionarios para hacer buenos negocios. La burocracia prolifera malignamente en todos los órganos del estado devorando buena parte de los presupuestos nacionales y regionales.

Todo lo demora, todo lo dilata y todo lo corrompe. Amparada en el papeleo, obligando al ciudadano común y corriente a filas y espera agotadoras frente a las ventanillas de las oficinas publicas.

Cada cuatro o cinco años ese país abre con gran derroche de dinero y publicidad, tumultuosas campañas electorales para elegir nuevo presidente de la republica.

Lo que debemos tener en cuenta, es que si prevalece en nosotros la sensatez, si somos capaces de aprender de dolorosas experiencias propias y de las ricas experiencias ajenas nos espera un futuro brillante.

Si persistimos en los viejos errores, si repetimos las fallidas estrategias del pasado, si no renunciamos al estéril pensamiento antiguo, continuaremos siendo un fallido segmento de ese vasto y vibrante universo al que llamamos Occidente.

La decisión es nuestra, el futuro será el que nosotros elijamos.
** Foto Web

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